Miocinas y modalidades de entrenamiento ¿Qué sabemos?

La actividad física y en especial el ejercicio físico han demostrado tener importantes beneficios en la salud humana. En 2010, a partir del reconocimiento del tejido adiposo como un órgano endocrino se planteó la revolucionaria idea de que el músculo esquelético también debía ser considerado como un órgano con funciones endocrinas. La contracción del musculo esquelético está relacionado con la producción, expresión y liberación de miocinas que son las citocinas propias del músculo esquelético y que tienen funciones paracrinas, autocrinas y endocrinas relacionadas con función de varias órganos y tejidos del cuerpo(1).

Hasta el momento se han identificado más de 600 miocinas y el papel de la mayoría de ellas aún no ha sido descrito(2). Factor neurotrófico de crecimiento (BDNF)(2), IL-15, irisina, proteína secretada ácida y rica en cisteína (SPARC), oncostatina M (OSM), decorina, son algunas de las miocinas inducidas por el ejercicio cuyos efectos en la salud han sido bien establecidos. Estas miocinas están relacionadas con la proliferación y migración de celular satélite, el control de la inflación, la secreción de la insulina, la regular de la angiogénesis, la oxidación de grasas, entre otros(3,4).

La IL-15 interviene en la regulación de los efectos anabólicos sobre la masa muscular, la adipogénesis, la proliferación, diferenciación, hipertrofia e hiperplasia de los adipocitos(5,6). La irisina regula la homeostasis de la glucosa, los lípidos y la energía, así como en el oscurecimiento del tejido adiposo blanco(7). SPARC, aumenta la oxidación de ácidos grasos, la absorción de glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina(8). Por su parte OSM es considerada como una mediadora de la hipertrofia muscular(9). Finalmente, la decorina parece aumentar el crecimiento muscular a través de la inducción de la síntesis de proteínas(10) y juega un papel importante en la supresión del cáncer(11). La Figura 1 presenta un resumen grafico de las funciones de las miocinas inducidas por la contracción muscular.

Dethlefsen y colaboradores en 2016 publicaron un estudio que comparó los efectos sistémicos vs los efectos agudos del ejercicio sobre la viabilidad de las células en el cáncer de mama en el cual concluyeron una sesión de ejercicio intenso de 2 horas fue superior en la reducción de la viabilidad del cáncer de mama en comparación con programa de ejercicio de 3 horas por semana durante 6 meses(12).

Los hallazgos del estudio de Dethlefsen permite plantearse una nueva serie de preguntas, entre ellas una bastante relevante para los profesionales del área de la salud es ¿influye la modalidad de entrenamiento en la liberación de miocinas?

De manera reciente se publicó una revisión sistemática con metaanálisis que permite dar respuesta a esta pregunta. A continuación, se presentan los hallazgos más importantes de Bettariga y colaboradores(13):

·         La IL-15 parece ser susceptible a una sola sesión de ejercicio y sus efectos parecen mantenerse durante las 24 horas posteriores al esfuerzo. El ejercicio de fuerza parece tener efectos superiores en la expresión y liberación que el ejercicio de resistencia inmediatamente y 60 minutos posteriores al entrenamiento, sin embargo, a partir de la evidencia actual no es posible afirmar que estas diferencias se deben a algo más que la heterogeneidad de los estudios.

  •  La irisina parece ser más susceptible al entrenamiento de resistencia principalmente hasta los 60 minutos posteriores a una sesión entre el 60% – 80% del VO2 max en comparación con una sesión de entrenamiento de fuerza entre el 40% - 60% de una repetición máxima (1RM).
  • Con respecto a la OSM se debe resaltar que hasta el momento no se conocen estudios basados en entrenamiento de fuerza que evaluaran esta miocina. La evidencia actual sugiere que una sola sesión de ejercicio genera pequeños aumentos en la expresión de OSM.
  • Los niveles de SPARC se elevan de manera significativa después de una sesión de ejercicio de resistencia de por lo menos 30 minutos a una intensidad entre el 50 y 70% del VO2 max. Hasta el momento no se cuenta con evidencia suficiente que permita comparar el efecto del ejercicio de resistencia vs ejercicio de fuerza.
  • Finalmente, la decorina parece no tener una respuesta muy diferente a otras miocinas, sus niveles aumentan de manera significativa hasta 24 horas después de una sesión de esfuerzo y debido a la evidencia actual no es posible evaluar si existen diferencias significativas en el efecto de las diferentes modalidades de entrenamiento en la liberación de decorina.

El estudio de las miocinas y su relación con cantidades y tipos específicos de entrenamiento es un campo de conocimiento interesante y aún en desarrollo, en el cual los profesionales interesados en el movimiento corporal como factor asociado a la salud y el rendimiento humano tienen mucho por construir.

Figura 1. Funciones de las miocinas inducidas por la contracción muscular.

Fuente: Lee, J.H & Jun, H-S. 2019.

Autores: Prof. Jhonatan González Santamaría & Prof. Diego A. Bonilla, ISAK 3
DBSS Research Division | MTX College

Referencias bibliográficas.

1.        1. Pedersen BK, Brandt C. The role of exercise-induced myokines in muscle homeostasis and the defense against chronic diseases. Vol. 2010, Journal of Biomedicine and Biotechnology. 2010.

2.        2. Lee JH, Jun HS. Role of myokines in regulating skeletal muscle mass and function. Vol. 10, Frontiers in Physiology. Frontiers Media S.A.; 2019.

3.        3. Bettariga F, Taaffe D, Galvao D, Bishop C, Kim JS, Newton R. Suppressive effects of exercise-conditioned serum on cancer cells: A narrative review of the influence of exercise mode, volume, and intensity. J Sport Health Sci. 2024;1–15.

4.        4. Pak J, Assoc M, Khan SU, Ghafoor S. Myokines: Discovery Challenges and Therapeutic Impediments. Journal Of Pakistan Medical Association. 2019;

5.        5. Fuster G, Almendro V, Fontes-Oliveira CC, Toledo M, Costelli P, Busquets S, et al. Interleukin-15 affects differentiation and apoptosis in adipocytes: Implications in obesity. Lipids. 2011 Nov;46(11):1033–42.

6.        6. Carbö N, Lö Pez-Soriano J, Costelli P, Alvarez B, S|¨lvia Busquets S, Baccino FM, et al. Interleukin-15 mediates reciprocal regulation of adipose and muscle mass: a potential role in body weight control [Internet]. 2001. Available from: www.bba-direct.com

7.        7. Arhire LI, Mihalache L, Covasa M. Irisin: A Hope in Understanding and Managing Obesity and Metabolic Syndrome. Front Endocrinol (Lausanne). 2019 Aug 2;10.

8.        8. Song H, Guan Y, Zhang L, Li K, Dong C. SPARC interacts with AMPK and regulates GLUT4 expression. Biochem Biophys Res Commun. 2010 Jun 11;396(4):961–6.

9.        9. Cornish SM, Bugera EM, Duhamel TA, Peeler JD, Anderson JE. A focused review of myokines as a potential contributor to muscle hypertrophy from resistance-based exercise. Vol. 120, European Journal of Applied Physiology. Springer; 2020. p. 941–59.

10.      10. Miura T, Kishioka Y, Wakamatsu JI, Hattori A, Hennebry A, Berry CJ, et al. Decorin binds myostatin and modulates its activity to muscle cells. Biochem Biophys Res Commun. 2006 Feb 10;340(2):675–80.

11.      11. Park SY, Hwang BO, Song NY. The role of myokines in cancer: crosstalk between skeletal muscle and tumor. Vol. 56, BMB Reports. The Biochemical Society of the Republic of Korea; 2023. p. 365–73.

12.      12. Dethlefsen C, Lillelund C, Midtgaard J, Andersen C, Pedersen BK, Christensen JF, et al. Exercise regulates breast cancer cell viability: systemic training adaptations versus acute exercise responses. Breast Cancer Res Treat. 2016 Oct 1;159(3):469–79.

13.      13. Bettariga F, Taaffe DR, Galvão DA, Lopez P, Bishop C, Markarian AM, et al. Exercise training mode effects on myokine expression in healthy adults: A systematic review with meta-analysis. J Sport Health Sci. 2024 Apr;

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