L CARNITINA Y PÉRDIDA DE GRASA, MÁS ALLÁ DEL MITO.



Cuando se trata de un sustrato critico en varios procesos metabólicos es muy arriesgado señalar que un aporte extra de esa misma molécula debería mejorar sus resultados.

En relación con la gestión de la grasa corporal se han investigado varias moléculas tales como ácidos grasos específicos, cetonas, agonistas beta-2 / beta-3, monoacilglicéridos y diacilglicéridos.

Pero más allá de estas moléculas o en sinergia con ellas nos encontramos con la responsable en el proceso de transporte de ácidos grasos libres, desde el interior celular hasta el “horno” donde se queman (mitocondria) para obtener ATP (energía celular), la conocemos como L-carnitina.

Los ácidos grasos libres son captados del torrente sanguíneo o liberados desde las reservas de grasa, por células activas metabólicamente hablando (musculo) y transportados hacia el interior de la célula (citosol). De no disponer de L-carnitina esos ácidos grasos libres permanecerían en sangres o pasarían a formar parte de la grasa almacenada.

CARNITINA,¿ES NECESARIA?



Como ocurre con la creatina, también se puede producir en muchos tejidos, por lo que los sujetos sanos suelen poseer niveles adecuados de L-carnitina.

La carnitina es un aminoácido, mejor dicho, un péptido que el cuerpo sintetiza a partir de sus aminoácidos precursores (L-lisina y L-Metionina).

Pero esto es así en el mejor de los escenarios, sin embargo existen situaciones reales de deficiencia de carnitina. Y eso sin contar con el limite metabólico para la producción endógena de cada sujeto tiene que además está supeditada a la dieta, principal fuente de L-carnitina (carnes, pescado).

Los veganos dependen de la producción endógena y que suela representar más del 85/90 por ciento de su L-carnitina total. Algo muy similar a lo que les ocurre con la creatina.

Cuando la disponibilidad de L-carnitina son bajos nuestros riñones deben emplearse más a fondo para poder retirarlo de la orina a fin de evitar que no sea excretado y perdido.

 

legados hasta aquí la pregunta esta en el aire.

¿Existe necesidad real de suplementarnos con L-carnitina?

La verdad es que si, se han identificado numerosas deficiencias de L-carnitina en sujetos debido a problemas derivados del transportador, dificultad para llevar L-carnitina a la célula o incluso su absorción desde la dieta.

¿Pero que sucede en los deportistas o personas con un estilo de vida sano que persiguen una gestión eficiente de su grasa corporal?

La respuesta que nos ofrece la investigación nos dice que estos estudios de la L-carnitina
han mostrado resultados contradictorios, y muchos incluso no muestran ningún beneficio adicional con la suplementación de L-carnitina durante la dieta.

Pero cuidado, porque antes de descartar la L-carnitina, analicemos si dichos estudios han considerado condiciones relevantes para los deportistas, su nivel de actividad y tipo de dieta.

Podríamos encontrarnos con una situación similar a la creatina, donde esas supuestas ganancias de fuerza no son tan destacables en personas sedentarias. Así que, ¿no te surge la pregunta sobre la L-carnitina y su concentración suficiente para lograr un aumento en la oxidación de ácidos grasos, si se da una absorción insuficiente?

No hablamos solo de un suplemento para bajar de peso cuando hacemos referencia a la carnitina sino que también ha demostrado que posee efectos positivos sobre los niveles altos de azúcar en la sangre y sobre el perfil de colesterol en diabéticos tipo2.


¡TENEMOS MUCHO QUE APRENDER!

 

VAMOS UN PASO MÁS ALLÁ

Los estudios de L-carnitina se han centrado principalmente en las dietas de restricción calórica, pero¿que sucede con las dietas bajas en carbohidratos?

Un buen porcentaje de los que siguen una dieta cetogénica se vuelven deficientes en L-carnitina (absoluta o relativa), debido a un mecanismo de concentración exageradamente alta de ácidos grasos y cetonas capaces de elevar la proporción de L-carnitina "libre".

Esta es una medida aproximada de la idoneidad de la L-carnitina en la mitocondria, y cuando la proporción se vuelve demasiado alta, sugiere que el cuerpo no es capaz de manejar las demandas de toda la grasa que se usa para quemar calorías.

Aunque en las dietas restrictivas en calorías la acción positiva de la L-carnitina es menos segura, las consecuencias más observadas de estas dietas bajas en grasas son la fatiga y un descontrol sobre el apetito.

Al parecer una reducción de la oxidación de ácidos grasos puede llevarnos a comer en exceso.

Así que una solución factible para garantizar que la oxidación de los ácidos grasos se optimice es mediante la suplementación con L-carnitina, ya que muchos de los ingredientes de ese programa dietético bajo en grasas pueden no aportar carnitina.

En sujetos con síndrome metabólico, el estudio revelo que en comparación con un grupo de control aquellos que recibieron suplementos de L-carnitina (vía intravenosa) se redujo la sensación de hambre y la fatiga, así como mejoras en la pérdida de peso y otros positivos cambios metabólicos.

Aunque pueda parecer exagerado un estudio embarcado en la búsqueda de anomalías genéticas en voluntarios adultos sanos, logro detectar una deficiencia de L-carnitina que se determino como causa genética.

NUESTRA CONCLUSION

Es probable que la L-carnitina sea de ayuda para la gestión de la grasa y la pérdida de peso, pero no de forma rápida y milagrosa.

Sus beneficios para la salud son varios y nada desdeñables.

Tal vez ayude en el rendimiento atlético, especialmente cuando el tipo de entrenamiento aumenta el estímulo para una mayor o prolongada oxidación de ácidos grasos.

 

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